1975
La casa estaba sobre una cuesta
tras una callecita de tierra
y abajo el río San Antonio
avanzando suave.
Un árbol cargado de cerezas frescas
hacía sombra sobre mi cabeza,
llené un tazón y me senté en el pasto.
Comí una detrás de otra
con cuidado de no mancharme,
hasta que los primeros síntomas de empacho
hicieron que me doblara
sobre mi abdomen.
En esa posición,
oía como el agua trepaba sobre las piedras,
como caía luego
para continuar su rumbo;
el reflejo hizo que cerrara mis ojos
y por primera vez,
no me importó
el duro sol de diciembre.
11 comentarios:
Me hiciste acordar al río de San Antonio de Arredondo, pasando Carlos Paz. Una imagen similar se hizo en mi mente.
;)
Ahí mismo, un tío de mi madre tenía una casa y cada diciembre, yo iba con mis abuelos a pasar unos días... esa imagen está siempre presente en mí, eran tiempos de paz.
Un beso, Miguel.
Querida señora mía este poema causa dos cosas en mí
la primera es que volé en ya el primer párrafo a la niñez rebelde que poco asoma en estos últimos tiempos por eso muchas gracias.
y lo segundo fue una sensación de libertad que muy escasamente nos permitimos.
Y si me dio de golpe en este instante muchas ganas de experimentar otra ves algo así o parecido :)
Gracias por regalarnos este hermoso poema que como siempre lleva tu sello.
Te amoo barto.
Así lo vivi, paz y libertad. Qué bueno que te llegue eso!!
Gracias una vez más Va, por estar, por apoyar, por ser.
Te amo nena.
oir al agua trepar sobre las piedras y luego caer para continuar su rumbo,
qué más...
bellísimo recuerdo puesto en palabras Ro, me encantó. besos
-QUERIDA ROXI: QUÉ BUENAS IMÁGENES EN TU ESPEJO RETROVISOR... DE LA FELICIDAD Y LAS ALMAS EN PAZ..!BESOS-
JOTACET
Me hizo acordar a una película, se llama "El sabor de las cerezas", es afgana y si no tenés paciencia para las pelis lentas no es recomendable, pero es muy buen film, en ella se plantea con mucha reflexion el tema del suicidio, y hay un testimonio de alguien a quien un árbol de cerezas que habia escogido al azar para colgar una cuerda y ahorcarse, le salvó la vida. Porque se llevó unas cerezas a la boca y el sabor de las cerezas lo retrotajo a la vida... mmm es bastante largo, jaja.
Buen texto el tuyo, a todos nos hizo recordar algo. Saludos!
Precioso, calmo, natural y por tanto vivo, rebosante de agua, vida y...cerezas!
Beso,
Siempre encontras una historia para contar que se lleve mi atención, y que exprese esta vida que añora aquella...me encantó.
Te ADOROOOOO tí
María, pequeña, esos versos que señalas, son los que más me conmueven.
Gracias siempre, buena semana.
Si tordito, almas en paz!!
Besos tequierianos.
Noe, gracias por el dato, ya conseguí la peli, en estos días la miro.
Besines.
Sí Javier! así mismo se mantiene ese momento en mí.
Besos.
Y aquí está mi nenita! Yami, hermosa y perfecta, te extrañé.
Besines amorcito.
El poema todo es una hermosura.Yo me quedo con la taza de cerezas,pero sin el dolor de panza,y con el río,la paz,la ternura.¡Gracias Ro!
Publicar un comentario